Esta novia demuestra que la lactancia en el día de tu boda es algo posible y natural. Que el romanticismo y la vida de pareja son totalmente compatibles con la maternidad.
Jess y Alberto son una pareja de Salamanca y junto a su hija Vega de año y medio forman una familia encantadora. Se ve a kilómetros que se adoran y también la dedicación y el amor que dan a su hija.
Hace ya varios meses se pusieron en contacto con nosotros porque iban a casarse y querían un reportaje de boda. Algo sencillo y natural, nos dijeron, donde su hija estuviese presente y fuese parte del momento. A nosotros nos encantó la idea.
Al conocerlos nos dimos cuenta del tipo de padres que son y el tipo de crianza por el que abogan. Una crianza respetuosa, una crianza con apego. Defienden la lactancia materna prolongada y libre y nosotros no podíamos estar más de acuerdo, como futuros padres, y con una empresa ética de fotografía. Sentimos que el reportaje de boda podía ser una preciosa manera de reivindicar la lactancia materna como un derecho indiscutible de madre e hijo. De demostrar que la lactancia en el día de tu boda es algo posible y natural. Además demuestra que compartir este día de romanticismo con tu hija, no es algo molesto sino aún más especial.
La boda fue intima, junto a los familiares y amigos más queridos. Muy emotiva y con un toque especial gracias a la alegría de Vega. La ceremonia estuvo acompañada de ruido y risas infantiles. De idas y venidas, de pedir los brazos de mamá y luego los de papá. Nos emocionamos al ver unos padres totalmente distraídos de las palabras de quien los casaba porque estaban jugando con su pequeña. Una novia que no se preocupaba de estar perfecta frente a las cámaras, porque estaba muy ocupada haciendo mimos a su hija. Un novio que no le daba la menor importancia a que su traje se arrugase porque su hija no quería bajar de sus brazos.
Un momento solo para los novios, relajados y dejándose llevar por el momento… ¡Vámonos al parque para jugar con Vega! Esto sí que fue un reportaje real, sin posado alguno, simplemente una familia feliz, unida, en uno de los días más felices de su vida. Vega tiene hambre y buscan un banco cercano, Jess se baja su vestido y la niña comienza a mamar. Ella quizá no era consciente pero estaba bellísima, poderosa… Iba vestida como una princesa y tenía el espíritu de la naturaleza salvaje y sabia. Alberto las miraba a las dos, enamorado y orgulloso, no se apartaba de ellas. De vez en cuando se besaban, charlaban, reían…
La noche y la cena fueron divertidas, la gente reía, se gastaban bromas… se les veía felices de tener a todas esas personas a su lado. Aún estando tan acompañados, había momentos en los que parecía que solo estaban ellos en esa sala tan llena de gente. En ocasiones cuando estaban los tres juntos sentía que todo lo demás desaparecía. Nadie podía perturbar ese vínculo tan especial.
Nosotros nos sentimos tremendamente felices de realizar estas fotos. De vivir con ellos unos momentos tan íntimos, de realizar estas fotos no solo cómo un recuerdo de un día especial (que no es poco). También lo vivimos como una reivindicación de la lactancia materna y poder demostrar a las mujeres que vean estas fotos y que se han sentido atacadas por la sociedad al ejercer su derecho de amamantar en público, que no están solas, que incluso la lactancia en el día de tu boda es algo posible.